Desde hace mucho tiempo siempre había leído y escuchado que todo aficionado al automovilismo debe de asistir al menos una vez en su vida a las 24 horas de Le Mans.
Así que este año me propuse cumplir ese deseo que tenía desde siempre, el viaje se puede hacer a la carta, desde ir en coche, en auto caravana, en avión, es decir, creo que planificándolo con cierto tiempo, es asequible para todos los bolsillos. En nuestro caso optamos por volar a Paris y desde allí en coche de alquiler desplazarnos a Le Mans.
Una vez llegados allí, ya se percibe que aquello es diferente a todo, es una fiesta del automóvil continua, toda vez que es un museo viviente, pues allí se ven desde los más modernos coches a autenticas reliquias.
Compra de entradas y visita obligada al Museo de Le Mans que se encuentra en el mismo circuito, con especial atención a muchos de los Grupo C, que luego tuvimos ocasión de ver correr en directo.
Ya por la tarde asistimos a la gran parada de los pilotos que se celebra en la propia ciudad, y aquello vuelve a ser otra fiesta, viendo allí primero toda clase de Supercoches, vamos de esos que es difícil verlos hasta en Marbella, y posteriormente el desfile de los pilotos.
Después asistencia al Pitlane que estaba abierto para todo el mundo, viendo a todos los equipos participantes y empezando a entrar en materia.
Y llegó el gran día, el cual empezaba con un buen aperitivo, Warm Up de Le Mans, carrera de Grupo C históricos y luego Porsche Supercup, tras de esto hubo una carrera de coches eléctricos, durante la cual aprovechamos para comer algo, y estar preparados para ver la salida que se producía a las 15 horas, este año había cambios en la ceremonia de salida.
En lo puramente deportivo, como casi todo el mundo sabrá, victoria total de Audi, y fracaso estrepitoso de Peugeot, que contaba como gran favorito, siendo el atractivo principal de la carrera el duelo de aproximadamente siete horas que mantuvo el Chevrolet Corvette oficial con el que se suponía gran favorito en la categoría de GT2, que no era otro que el Ferrari 430 del equipo Risi Competizione.
Así que este año me propuse cumplir ese deseo que tenía desde siempre, el viaje se puede hacer a la carta, desde ir en coche, en auto caravana, en avión, es decir, creo que planificándolo con cierto tiempo, es asequible para todos los bolsillos. En nuestro caso optamos por volar a Paris y desde allí en coche de alquiler desplazarnos a Le Mans.
Una vez llegados allí, ya se percibe que aquello es diferente a todo, es una fiesta del automóvil continua, toda vez que es un museo viviente, pues allí se ven desde los más modernos coches a autenticas reliquias.
Compra de entradas y visita obligada al Museo de Le Mans que se encuentra en el mismo circuito, con especial atención a muchos de los Grupo C, que luego tuvimos ocasión de ver correr en directo.
Ya por la tarde asistimos a la gran parada de los pilotos que se celebra en la propia ciudad, y aquello vuelve a ser otra fiesta, viendo allí primero toda clase de Supercoches, vamos de esos que es difícil verlos hasta en Marbella, y posteriormente el desfile de los pilotos.
Después asistencia al Pitlane que estaba abierto para todo el mundo, viendo a todos los equipos participantes y empezando a entrar en materia.
Y llegó el gran día, el cual empezaba con un buen aperitivo, Warm Up de Le Mans, carrera de Grupo C históricos y luego Porsche Supercup, tras de esto hubo una carrera de coches eléctricos, durante la cual aprovechamos para comer algo, y estar preparados para ver la salida que se producía a las 15 horas, este año había cambios en la ceremonia de salida.
Tras de esto teníamos 24 horas por delante, durante las cuales puedes aprovechar para hacer de todo, asistir a las tiendas que hay en el circuito, así como toda clase de atracciones, espectáculos, conciertos y demás. Fuimos a dormir unas horas ya bien entrada la noche y regresamos temprano para aprovechar la tranquilidad de por la mañana para ir desde el famoso puente Dunlop hasta la recta de las Hunadieres haciendo parada obligatoria en el Tetre Rouge, subir a la noria desde la cual uno tiene una magnifica perspectiva del circuito y esperar a la gran fiesta de la llegada, en la cual se produce la gran invasión de la pista y donde uno vuelve a asistir a toda clase de eventos, pues todo el mundo quiere vivir la fiesta que suponen las 24 horas de Le Mans.
En lo puramente deportivo, como casi todo el mundo sabrá, victoria total de Audi, y fracaso estrepitoso de Peugeot, que contaba como gran favorito, siendo el atractivo principal de la carrera el duelo de aproximadamente siete horas que mantuvo el Chevrolet Corvette oficial con el que se suponía gran favorito en la categoría de GT2, que no era otro que el Ferrari 430 del equipo Risi Competizione.
En resumidas cuentas una experiencia totalmente recomendable pues es diferente a todo lo que uno pueda imaginar, y que hay que vivirla en primera persona, eso sí, conlleva un gran peligro, es totalmente adictiva, tanto es así que yo ya estoy planeando Le Mans 2011. texto y fotos: Antonio Gómez (extremaduraderallyes).